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¡Qué tal! Aliadas y
aliados, les presento el ultimo poemas de esta serie de Poetas inmortales,
en donde muestro los poetas que dejaron legados inspiradores y de estudio, que
merecen ser leídos. Me gustaría continuar mostrando poemas de otros escritores
que marcaron trascendencia en la literatura, pero por motivos de tiempo eso no será
posible.
Quiero dar fin esta serie
con el poema de Fortunato Ramos: Maestro, escritor, poeta y músico Jujeño, quien
en el siguiente poema manifiesta la realidad de muchos niños que viven en los
andes de Latinoamérica en condiciones deplorables, de desigualdad de
oportunidades, abandono y de extrema pobreza, que incluso hasta la actualidad
persisten estos problemas sociales. La temática que aborda es parte de la vida
humana y puede ser recitado en el Día del niño para dar a conocer lo
importante que es para cada niño y niña vivir la niñez con las condiciones
adecuadas en familia y sociedad.
Yo jamás fui un niño
«Mi sonrisa es seca y mi
rostro es serio,
mis espaldas anchas, mis
músculos duros
mis manos partidas por el
crudo frío
solo ocho años tengo,
pero no soy niño.
Detrás de mis ovejas ando
por el cerro
y cargau mi leña bajo
hasta mi puesto
a soplar el fuego, a
mismiar mi soga,
y no tengo tiempo para
ser un niño.
Los años caminan y todo
es lo mismo,
moti, sal con lechi son
mis caramelos,
mi juguete un chivo o el
perro ovejero,
poco tiempo tengo, pero no
soy un niño.
Mi avión de juguete es un
cuervo viejo,
mi camión un burro de
trotar muy lento,
mi amigo, es el zorro que
roba mis cabras
y es todo mi consuelo de
poder ser niño.
Mi rostro es de viejo y
mi andar de agüelo,
mis callos partidos por
piedras del cerro,
mi poncho rotoso por el
fuerte viento,
todo eso me dice, que no
soy un niño.
¡Y no hay reyes magos,
no hay Días del Niño,
jamás tuve suerte
de poder ser niño!».
De Fortunato Ramos -
Costumbres, poemas y regionalismos (2003)
Interpretación a criterio
personal
El poema retrata la vida
de un niño que, a pesar de su corta edad, lleva una vida dura y cargada de
responsabilidades. El tono general del poema es triste y desesperanzado,
revelando la pérdida de la inocencia y la falta de oportunidades para disfrutar
de la infancia.
El primer verso, "Mi
sonrisa es seca y mi rostro es serio", indica que el niño ha perdido la
alegría y la expresión de felicidad en su rostro. Luego, se mencionan
características físicas como "espaldas anchas" y "músculos
duros", sugiriendo que ha adquirido una apariencia robusta y madura debido
al trabajo duro.
El niño realiza tareas
como cuidar ovejas, cargar leña y arreglar su soga. Estas responsabilidades son
propias de un adulto y no le permiten tener tiempo para jugar o disfrutar de la
niñez. Se resalta la monotonía de su vida, indicando que los años pasan y todo
sigue igual.
Se mencionan sus escasos
momentos de alegría, representados por "moti, sal con lechi", que
probablemente sean los únicos alimentos que le brindan un breve placer. Su
juguete es un chivo o el perro ovejero, lo cual contrasta con sus primeros
amigos inolvidables de la infancia de un niño de los andes.
El poema también destaca
la relación con el zorro que roba sus cabras. A pesar de ser un ladrón, el niño
lo considera su amigo y su única fuente de consuelo. Esta amistad con un animal
salvaje representa su necesidad de afecto y compañía, debido a la ausencia de
una infancia plena.
El último verso revela la
profunda tristeza del niño. No ha experimentado la ilusión de los Reyes Magos
ni ha disfrutado de un Día del Niño, eventos que simbolizan la celebración y la
alegría propia de la infancia. El poema concluye con la frase "jamás tuve
suerte de poder ser niño", transmitiendo un sentimiento de desesperanza y
la sensación de que se ha perdido algo irrecuperable.
En resumen, el poema
retrata la tristeza y la privación de la infancia de un niño que lleva una vida
dura y carente de oportunidades para jugar y disfrutar de las cosas propias de
su edad. Expresa la pérdida de la inocencia y la ausencia de momentos felices
que deberían acompañar esta etapa de la vida.
Glosario:
mismiar: retorcer,
trenzar.
moti: maíz pelado cocido
en ceniza
lechi: leche, en la zona
generalmente es de cabra.
Clic para ver másinformación del tema en Google
Figure 1. Yo jamás fui un niño poema de Fortunato Ramos - sybcodex.com |
Referencias
DALL·E 2 (openai, 2023). Ilustración de esta poesía. [Figure 1]. Generado en https://openai.com/dall-e-2/
Redactor: Sybcodex (Joel Sotelo Bustamante)
Categoría: Literatura
Título del artículo: Yo jamás fui un niño poema de
Fortunato Ramos
Escrito en el año: 2023
©Todos los derechos reservados al
autor.
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