AVISO
DE CONTENIDO DE MISTERIO Y FICCIÓN
Estimado
usuari@,
Queremos
informarte que este contenido contiene elementos de misterio y ficción, que
pueden incluir tramas intrigantes, situaciones enigmáticas y giros inesperados
en la trama. Si decides continuar, te sumergirás en una experiencia narrativa
que busca cautivar y sorprender al espectador.
Este
contenido está destinado a un público amplio y no contiene material gráfico o
violento. Sin embargo, ten en cuenta que algunas escenas podrían generar
suspenso y tensión emocional, características propias del género de misterio.
Te
recomendamos que disfrutes de este contenido en un ambiente tranquilo y con una
mente abierta para sumergirte completamente en la historia. Si te gustan los
enigmas y las tramas ingeniosas, ¡seguro que te encantará esta experiencia!
Recuerda
que todo lo que verás es producto de la imaginación y creatividad de los
autores. Cualquier coincidencia con eventos reales es pura casualidad.
Agradecemos
tu interés en nuestro contenido y esperamos que disfrutes de esta emocionante
experiencia. Si tienes alguna pregunta o inquietud, no dudes en comunicarte con
nuestro equipo por la página de contacto o vía redes sociales del Blog.
¡Disfruta
de tu experiencia y diviértete!
Atentamente,
El
equipo de Sybcodex Blog.
Contenido
El
cuerpo de Clara se ha convertido en una cartografía del infierno.
No
es una metáfora; es un territorio físico que los forenses exploran con la punta
de sus bolígrafos y la luz fría de sus linternas. Cada hematoma es una estación
en su vía crucis particular; cada fractura, un hito imborrable de los cinco
días que le sustrajeron. Los dieciocho años, recién cumplidos sobre un colchón
fétido y ajeno, son una ironía cruel. Su juventud ya no es un recuerdo: es una
ruina.
La
trampa, por supuesto, nunca pareció una trampa. Tenía el brillo azulado de la
pantalla, la validación plástica de los "amigos en común". Leo no
apareció; fue diseñado. Un algoritmo hecho hombre.
Para
Clara, aceptar la solicitud fue un gesto trivial, un clic perdido en la inercia
de la tarde. Para él, fue el primer movimiento de una partida de caza
meticulosamente planeada.
Pronto,
los mensajes se materializaron en flores. Las conversaciones se convirtieron en
cenas donde él leía su guion a la perfección: el caballero atento, el protector
infalible. Un príncipe manufacturado en el vacío digital.
Solo
Luisa, su madre, percibió la estática bajo la melodía. Ese sexto sentido que la
ciencia desprecia, esa alarma silenciosa que detecta el barniz sobre la madera
podrida. "Nunca fuimos a su casa", recuerda Luisa, "nunca
conocimos a su familia". En sus perfiles, Leo era un fantasma. Fotos
cuidadosamente anguladas, una vida editada para ocultar las costuras. A Clara,
anestesiada por el enamoramiento, no le importó. A su madre, le pareció una
bandera roja ondeando en la niebla.
La
armadura del caballero no tardó en oxidarse. El príncipe reveló al carcelero.
El
control se disfrazó de preocupación; los celos, de una intensidad que Clara
confundió con amor. Leo comenzó a tejer su red con la precisión de una araña
digital: revisaba su teléfono, minaba sus amistades, la aislaba del mundo
ladrillo a ladrillo, pixel a pixel.
Cuando
Luisa descubrió que el supuesto "emprendedor" era un estafador de
poca monta, la fachada colapsó. Clara, agotada y asustada, intentó terminar.
La
furia de Leo detonó.
El
punto de quiebre fue una discusión en su auto, frente a un amigo de él que
actuaba como cómplice silencioso, mirando al frente, impávido. El gesto que
selló su destino fue simple: Leo le arrebató el teléfono. La desconectó del
mundo. Le amputó la voz.
El
secuestro no fue un traslado; fue una descensión.
El
cuarto en el Distrito de la Costa Verde se convirtió en su celda. El tiempo se
disolvió en un ciclo de brutalidad. Ya no era Clara; era un objeto para
desahogar la ira de él. El celular que antes usaba para seducirla, ahora era un
arma.
"Me
golpeaba con el celular en la cabeza, en la cara...", narraría después,
con la voz rota, la mandíbula desencajada. El hombre que le enviaba flores usó
sus dientes para morder su espalda. El "forcejeo" del que él hablaría
después le fracturó el brazo. Su cuerpo, apenas floreciendo, se convirtió en un
lienzo donde él pintaba su odio.
Mientras
Clara se disolvía en esa celda, Luisa libraba una guerra paralela contra la
indiferencia. El escritorio de la comisaría fue la primera muralla.
"Señora,
seguro se fue con unas amigas. Ya aparecerá".
La
frase de siempre. La sentencia burocrática que ha firmado la muerte de tantas.
Armada solo con su instinto, Luisa localizó la casa. Se enfrentó a la familia
del agresor y chocó contra un muro de negación. "Aquí no está". La
madre de él, otra guardiana del monstruo, le cerró la puerta.
Clara
escapó. No fue rescatada. En un descuido de su captor, una grieta en la
vigilancia, huyó hacia un mundo que ya no la reconocía.
La
denuncia formal, con el cuerpo de Clara como prueba irrefutable, se topó con la
maquinaria somnolienta de la justicia. El agresor, Edu Núñez, fue contactado.
Su defensa fue una farsa grotesca.
"No
fue un secuestro, ella estaba viviendo conmigo tres meses". Una mentira.
"Fue un forcejeo entre los dos".
Un
forcejeo. La palabra que intenta borrar un ojo inyectado en sangre. La palabra
que niega una fractura. La palabra que ignora las marcas de dientes en la
espalda.
Hoy,
Edu Núñez camina libre.
Clara
no puede comer alimentos sólidos; su mandíbula es un recordatorio constante. No
puede apoyar la cabeza en la almohada; su cráneo es un mapa de dolor. Su vida
está suspendida, un eco atrapado en esos cinco días.
La
historia de Clara no es una advertencia; es un diagnóstico. Es el espejo de una
sociedad que enseña a los hombres a cazar y a las mujeres a no provocar. El
cuerpo de Clara gritaba la verdad, pero el sistema estaba sordo. Las marcas en
su piel son el testimonio que las autoridades se negaron a leer.
La
pregunta no es si la escucharemos. La pregunta es qué haremos cuando el próximo
algoritmo sonría, muestre sus credenciales perfectas y vuelva a hacer clic en
"Enviar solicitud".
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| Figure 1. La historia de Clara - sybcodex.com |
Aviso
sobre el contenido
Este
capítulo literario está redactado con temas de ficción, misterio, subjetividad
e imaginación para fines de entretenimiento ¡Nada es científicamente creíble! Cualquier
parecido con el mundo actual es pura coincidencia.
El
contenido de este artículo es de carácter literario y no pretende ser una
descripción precisa de eventos reales. Los nombres, personajes, negocios,
lugares e incidentes son ficticios y cualquier similitud con personas reales,
vivas o muertas, o eventos reales es pura coincidencia.
Referencias
Banana - Image (gemini, 2025). La ilustración de este capítulo. [Figure 1]. Generada en https://gemini.google.com/
Autor: Sybcodex (Joel
Sotelo Bustamante)
Título del libro: «La
Realficción I»
Título del capítulo: La historia
de Clara
Número de edición: I
Escrito en
el año: 2025
Tienda online de libros: 👉 Book Sh💓p
©Todos los derechos reservados al autor.

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